Centro de educación infantil en Ciudad Real

Reglamento de régimen interno

Dentro de nuestro centro de educación infantil, Dadú Garden en Ciudad Real (ENLAZAR A CONTACTO), contamos con un reglamento de régimen interno que rige la actividad de todos los profesionales que formamos parte de él.

Todos los miembros de la comunidad escolar (alumnos, familiares y personal del Centro) deberán conocer, comprometerse, respetar y cumplir las siguientes normas:

  1. Todos los datos de los alumnos se tratarán como información privada conforme a la Ley de Protección de Datos, salvo autorización que permita facilitar sus datos para fiestas infantiles o amigos de clase.
  2. El centro se reserva el derecho de admisión y el de expulsión por causas consideradas graves.
  3. No se permite la entrada de familiares a las aulas en horario de clase salvo expreso consentimiento del educador/a con el fin de favorecer la adaptación de los niños/as y el seguimiento de las rutinas diarias.
  4. Las visitas que se realicen en el horario escolar deben adecuarse al horario del centro, previo acuerdo con la educadora del aula. Para tutorías es necesario pedir cita.
  5. Los horarios del centro son flexibles, siendo recomendable que todos los niños no entren después de las 09:30 horas, salvo excepciones justificadas. Los desayunos no se darán pasadas las 09:00.
  6. Los niños/as deben entrar en las aulas con el babi puesto, con la merienda y con la agenda.
  7. Al término de la jornada los niños/as serán entregados a sus padres o tutores, salvo que estos autorizasen expresamente que se realice la entrega a otra persona distinta que, en todo caso, deberá ser debidamente identificada.
  8. Una vez el niño/a haya sido recogido del centro, la responsabilidad pasa a ser de quién le recoge.
  9. No se aconseja que los niños traigan objetos o juguetes de casa, y si se produce el caso y se pierden, el centro no se responsabiliza.
  10. No se recomienda traer al niño con objetos que puedan suponer un peligro de atragantamiento, pérdida o posibles daños (joyas, orquillas,…). En cualquier caso, el centro no se responsabiliza de su extravío.
  11. Los niños deben traer, al menos, una muda completa con calcetines y recambio. Cuando sea usada se volverá a reponer. También traerán chupete (si lo utiliza); biberones (bebés); pañales; toallitas; cremita protectora; fotos de carné (2 fotos los bebés, 4 los mayores) y una sabanita marcada con su nombre
  12. Los niños deben acudir al centro con ropa cómoda y fácil de quitar para facilitar el cambio y la autonomía del niño.
  13. Todas las prendas y enseres de los niños fáciles de extraviar o de confundir deberán ir marcadas con el nombre completo, en caso contrario el centro no se hará responsable de posibles pérdidas o confusiones.
  14. En el momento que el niño se incorpore a nuestro centro se realizará un cuestionario para conocer sus hábitos y costumbres: la alimentación (horario, tipo de alimentación, costumbres (postura, autonomía en la comida,…); el sueño (horario, postura objetos de apego, costumbres,…); el juego (juguetes preferidos, posturas en las que se encuentra más cómodo,…); observaciones que consideréis oportunas para su mayor confort en el centro; etc.
  15. Los niños no deben traer a clase chucherías o similares para facilitar la adquisición de vida saludable.
  16. La mensualidad será la misma independientemente de los días de asistencia del niño/a al centro.
  17. Las bajas se avisarán con un mes de antelación o se cobrará dicha mensualidad.
  18. El curso escolar está comprendido entre los meses de septiembre a junio, ambos inclusive. En este periodo si el niño no asiste al centro durante un largo periodo de tiempo deberá continuar abonándose la escolaridad para seguir conservando su plaza, independientemente de la asistencia o no al centro. En caso de faltar el pago de una mensualidad supone la pérdida de plaza. La reincorporación al centro quedará sujeta a la disponibilidad de plazas.
  19. En los meses de julio y agosto la escolaridad se abonará según asistencia al Centro, siendo posible pagar quincenas y/o meses, sí y sólo sí se avisa con una antelación mínima de quince días. En caso de dejar de asistir al Centro durante este periodo se deberá abonar la matrícula íntegra del curso siguiente en concepto de reserva de plaza, en caso contrario se entiende la renuncia a la plaza y sólo se tendrá derecho a esta si hay disponibilidad, entrando a formar parte de la lista de espera si la hubiera
  20. Cada año se cobrará la matrícula en concepto de reserva para el próximo curso y no se devolverá en caso de renunciar a la plaza.
  21. La escolaridad de cada alumno ha de pagarse por adelantado en los 5 primeros días de cada mes con independencia de la asistencia al centro. Todos los gastos de devolución del recibo se sumarán a la mensualidad.
  22. Todas las horas que permanezca el niño en la escuela fuera de su horario concertado, se facturarán como horas extras.
  23. El centro permanecerá cerrado por vacaciones los días 24 y 31 de diciembre y fiestas nacionales y locales.
  24. Cualquier cambio de domicilio, teléfono, jornada, etc. deberá comunicarse por escrito y con antelación a la dirección del centro.
  25. Ante cualquier duda, sugerencia o dificultad se deberá recurrir a la directiva del centro.

Normas sanitarias

El centro considera necesario que los niños y niñas que acuden a la escuela infantil estén al día en el calendario de vacunación. Las educadoras podrán solicitar a las familias la presentación de la cartilla de salud infantil para comprobar el cumplimiento del calendario de vacunaciones. 


Cuando algún niño/a presente algún síntoma de enfermedad infecto-contagiosa o tenga fiebre superior a 38´5º C, se ruega no traerlo al centro por varios motivos:

  • Para evitar o disminuir razonablemente el riesgo de posibles contagios.
  • La enfermedad impide que participe cómodamente en las actividades del centro.
  • Requiere más atención de la que el personal del centro puede ofrecerle sin comprometer la salud y seguridad de los demás niños y niñas.
En caso de enfermedad o accidente sobrevenidos en el centro y tras las primeras atenciones en el propio centro o dependencias médicas del centro de salud, se pondrá dicha circunstancia en conocimiento de los padres, tutores o representantes legales en la menor brevedad posible para su pronta recogida. Si fuera un caso urgente, independientemente de la comunicación anterior, se procederá a su traslado a centro sanitario. A tal efecto, en el expediente personal figurará el nº de la Seguridad Social de cada niño para poder ser atendido por los servicios médicos.
Cualquier régimen especial de alimentación, alergias, convulsiones febriles u otros problemas médicos deberán ser comunicados al centro junto con un informe médico detallado de los alimentos no permitidos con la consecuente prescripción.

NO SE ACEPTARÁ LA ENTRADA DE NINGUN NIÑO QUE PRESENTE:

  • Presencia de parásitos (piojos, liendres, etc.) o parasitosis intestinales (lombrices, etc.).
  • Fiebre superior a 38'5º C.
  • Somnolencia acusada.
  • Irritabilidad o llanto persistente sin razón conocida.
  • Vómitos de repetición (cuando no sea habitual en ese niño).
  • Tos persistente o secreción mucopurulenta nasal sin tratamiento; se exigirá justificante del pediatra, en el que conste que el niño recibe tratamiento, o bien, que no es contagioso.
  • Dificultad respiratoria.
  • Aspecto de gravedad.
  • Diarrea líquida, con sangre o moco.
  • Estomatitis (infecciones, úlceras diseminadas por la boca).
  • Lesiones en la boca o aftas. Mugüet.
  • Erupciones u otras alteraciones de la piel (excepto si vienen con un informe del pediatra con el diagnóstico y la indicación de que no son contagiosas).
  • Conjuntivitis purulenta (legañas con pus en los ojos) sin tratamiento.
  • Procesos víricos contagiosos, como varicela, sarampión, rubéola,…
  • Cuando se sospeche que el niño está incubando cualquier enfermedad se deberá comunicar al Centro para poder tomar las medidas oportunas de cara a prevenir otros casos.

EN CASO DE ENFERMEDAD CONTAGIOSA

Los niños que hayan padecido una enfermedad contagiosa (conjuntivitis, gastroenteritis, varicela, sarampión, rubéola,…) deberán traer un informe justificante del pediatra que les haya atendido en el que conste la orientación diagnóstica y la garantía de ausencia de peligro de contagio de dicha enfermedad. En caso contrario se podría impedir la entrada del niño a la escuela infantil.

ADMINISTRACIÓN DE MEDICAMENTOS

Si los niños/as deben tomar alguna medicina, deben llevar en la agenda y en la caja: el nombre del niño/a, el horario y las dosis a administrar para evitar posibles confusiones, todo ello firmado por el padre, la madre o el tutor. Se entregarán en mano a la persona que los recibe en la puerta. Es imprescindible adjuntar la receta o prescripción médica.
Así mismo, el centro no administrará ningún tipo de tratamiento para el cual la educadora tenga que prestar al enfermo más atención de la que pueda proporcionarle sin comprometer la salud y la seguridad de los demás niños.

Periodo de adaptación

El período de adaptación es una etapa de socialización en la que el niño pasa de un entorno familiar a uno totalmente desconocido sin estar acostumbrado de separarse de su familia. Es un cambio mediante el cual el niño va asimilando tanto los inconvenientes cómo las ventajas de la separación porque ésta le va a suponer adquirir y afianzar sucesivamente su autonomía personal y grado de socialización, pilares básicos para la estructuración de su personalidad. 


La entrada del niño en la escuela infantil supone para él un importante cambio: implica la salida del entorno familiar y de un espacio que conoce. Todo esto va a modificarse: su mundo de relaciones va a ampliarse al salir del estrecho círculo familiar para entrar en contacto con un nuevo espacio: la escuela. Esto implica para el niño aceptar un nuevo espacio, aprender a moverse libremente en él, explorar el nuevo material, adaptarse a las rutinas.


Las familias también sufrís una adaptación, ya que suele ser la primera vez os separáis de vuestro hijo. Y lo mismo sucede con las educadoras, que también tienen que adaptarse pues cada niño es diferente y hay que conocerle, saber sus gustos y preferencias, y conseguir que disfrute y sea feliz en su estancia en el centro.


En este periodo es muy importante la separación con los padres, pero no todos los niños muestran los síntomas anteriores sino que algunos se muestran contentos y confiados, aun así el niño experimenta cambios en las áreas de: higiene, alimentación, sueño, rutinas. Las rutinas que se establecen en el centro les ayudan en su organización y en sus relaciones.


El período de adaptación durará aproximadamente dos semanas, aunque dependerá de factores como: la edad del niño, su grado de madurez, su carácter, el grado de sobreprotección paternal y de un factor crucial en esta etapa que es la actitud de los padres. El centro y las familias deben establecer unas pautas homogéneas de comportamiento y estar en contacto permanente tanto para comunicar lo que deseéis saber o preguntar cómo para indicar cualquier problema referido al centro o a vuestro hijo. Los padres debéis hablar al niño del centro, de los nuevos compañeros, de todo lo que van a hacer con actitud cariñosa, comprensiva, pero firme.

Las reacciones normales ante una adaptación son:


  • Desde el punto de vista somático pueden tener alteraciones de sueño, de alimentación, vómitos…
  • Algunos sienten ansiedad ante la separación y pueden sentir abandono, miedo, o pueden tener comportamientos agresivos.
  • Desde el punto de vista afectivo y social pueden llorar, participar en el Centro de forma resignada porque la actividad es novedosa para él; negarse a ser atendidos por extraños; aislarse y no relacionarse; aferrarse a objetos que traigan de casa; apegarse más a los padres.


Debemos saber que estas son manifestaciones normales de este periodo y que si lo entendemos de una forma natural estaremos ayudando al niño en la resolución de este proceso que es el periodo de adaptación. Para ello debemos comprender que cada niño tiene un ritmo de adaptación que hay que respetar.


Cuando hablamos de la separación mutua de niño-familia, entendemos que no sólo se adapta el niño, sino que también los padres van a tener que adaptarse.
Los padres tendréis una gran influencia en vuestro hijo. Todas vuestras manifestaciones (inseguridad, culpabilidad por la separación, temor ante el cuidado que vaya a recibir el niño,) pueden trasmitir inseguridad en el niño. 


En esta etapa fomentaremos la participación del niño motivando a través del juego, nunca forzando u obligando a hacer cosas que no sean de su agrado.


En definitiva, el periodo de adaptación es el camino o proceso mediante el cual el niño va superando, desde el punto de vista de los sentimientos, la separación hasta llegar voluntariamente a una aceptación interna de la misma.

EL PERIODO DE ADAPTACIÓN Y LA INCORPORACIÓN DE LO NIÑOS A LA ESCUELA

Es conveniente una incorporación progresiva del niño/a en la Escuela. El primer día acudirán los padres (al menos uno de ellos) con el niño/a para rellenar un completo cuestionario con su educadora. Durará aproximadamente 1 hora y el niño/a permanecerá con sus padres y educadora, de modo que no resulte para él una desconocida cuando tenga que permanecer sin sus progenitores. Durante los 3 o 4 primeros días conviene que no permanezca más de 3 o 4 horas, todo dependerá de cómo vaya adaptándose el niño/a y de las posibilidades de la familia.


Consejos para padres:

  • Los padres deberán tener paciencia y esperar que cesen esas reacciones (llantos, inapetencias, rabietas, dormir inquieto, pérdidas de apetito, infantilismo, etc), sólo está adaptándose a un ritmo diferente.
  • Es necesario no actuar con inseguridad, duda o culpabilidad.
  • Durante el periodo de adaptación, en la medida de lo posible, es conveniente que le llevéis y busquéis vosotros, intentando que sea siempre a la misma hora, eso le dará seguridad, le ayudará a comprender que después de cierta actividad con ellos le va al Centro y que cuando acabe cierta rutina en el Centro le vendrán a recoger. Así se acostumbrará antes al cambio.
  • Debéis evitar el chantaje afectivo o la mentira. Es mejor decirle que es conveniente para él.
  • No dramatizar las despedidas o recogidas, que han de ser con seguridad y alegría pero BREVES.
  • No hacer comentarios compasivos delante de él (pobre, le dejan solito…).
  • Reconocer sus sentimientos y no ridiculizarlos ni reprimirlos.
  • No aferrarse a razones insuficientes para justificar ausencias, tales como un catarro, hoy está pachucho...
  • Dejaremos que el niño lleve, si así lo desea, su juguete favorito, algo que le sea familiar y le mantenga unido con su hogar.
  • No es un buen momento para introducir más cambios en la vida del niño (quitar pañales, cambio de habitación...) Será conveniente esperar a que supere el proceso de adaptación.
  • Ese pequeño desequilibrio del inicio del curso debe contemplarse desde una actitud serena de normalidad.

En esta etapa fomentaremos la participación del niño motivando a través del juego, nunca forzando y obligando.

Relación familia-escuela

La educación es una tarea compartida entre padres y educadores cuyo objetivo es la formación integral del niño/a. La línea de acción debe llevarse a cabo de manera conjunta, el tutor tiene la responsabilidad de hacer partícipes a los padres y facilitarles toda la información necesaria para que se sientan unidos a la escuela y por tanto responsables del proceso educativo de sus hijos/as.


Los padres son protagonistas fundamentales en el proceso educativo de sus hijos. Para ello, estableceremos unos cauces de información y participación que proporcionen un intercambio sobre las actitudes y progresos de los niños/as, y una mutua transmisión de información sobre los acontecimientos cotidianos.


Una buena interacción entre la escuela y la familia, ofrece al niño/a una imagen de acercamiento y relación entre las personas que se ocupan de su cuidado y otorga al ámbito escolar un carácter de familiaridad y seguridad. Familia y escuela deben actuar al unísono para satisfacer las necesidades que expresa y manifiesta el pequeño/a y, paulatinamente, introducir y potenciar el desarrollo de la adquisición de hábitos hacia la progresiva autonomía personal.


La educación debe garantizar un conjunto de experiencias que apoyen y complementen las vivencias familiares, nunca sustitutivas de las que recibe en la familia, con el objeto de lograr un pleno desarrollo de las capacidades del niño/a. 


Los objetivos que nos planteamos a la hora de entablar relación con las familias han sido el fomentar y mantener un clima cálido y acogedor, de confianza y respeto, hacer partícipes a los padres para que se sientan parte viva de la comunidad escolar y compartir información y experiencias que ayuden mutuamente en la intervención educativa.


Las estrategias llevadas a cabo durante el curso son los siguientes: Información de carácter general (reunión informativa anual de cada nivel (presentación de las educadoras, desarrollo del curso, funcionamiento del centro…), reuniones tutoriales trimestrales, cartas y circulares de información general, carteles informativos,); Información en torno al niño (encuestas personales a familiares para recoger datos de identificación personal, registro del periodo de adaptación dónde se refleja la llegada del niño, la relación con objetos, espacios, adultos y niños/as, etc, contactos diarios durante las llegadas y salidas con información puntual, informes diarios mediante la agenda, informes trimestrales entregados para el seguimiento de la evolución y progresos del niño, tutorías,); la participación de las familias (en talleres, teatros, fiestas, preparativos, decoración, excursiones o visitas,); escuela de padres (charlas trimestrales realizadas por profesionales sobre temas propuestos por los padres); y servicio de webcam (instalado en cada aula para poder observar en tiempo real las actividades que está desarrollando su hijo en cada momento, la atención y educación que se ofrece en el centro).


Esta relación sólo puede entenderse dentro del marco de la confianza y se debe caracterizar por actitud activa y participativa, por un trabajo conjunto y por una actitud de responsabilidad compartida y complementaria en la tarea de educar a los hijos, donde no existan tensiones por los papeles que cada uno deben desempeñar.

Nuestra finalidad es contribuir en el desarrollo integral del niño